Expuestos y transformados ante la Gloria de Dios.
Hebreos 4:16 “acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.
Acercarse a Dios es un placer para el alma, es un placer que a la misma vez expone tu flaqueza delante de Dios. Delante de la gloria de Dios y de esos rallos examinadores de su resplandor y santidad nadie puede estar en pie sin descubrir la imperfección humana y personal. Delante de esa gloria y de esos rallos de su luz no hay humano perfecto, no hay nadie capaz de acusar a otro, ahí no ha lugar de quejarnos de los demás y de su imperfección de carácter. Cuando te decides a ponerte tu mismo delante de ese trono por medio del espíritu, tú serás el primero en avergonzarte de ti mismo, mas lo grandioso de esos rallos que te dejan al descubierto es que mientras estas con vida puedes aun obtener el oportuno socorro de su perdón y gozar de esa grandiosa misericordia.
Los rallos de la gloria de Dios, no solo te expondrán y te confrontaran con tu pecado he imperfección humana, sino que dependiendo tu actitud frente a esa refulgente luz así será el resultado. La luz de su gloria puede quemarte si en arrogancia no te humillas pidiendo perdón y por el contrario te escusas en tu humanidad he imperfección o pretendes inculpar a otros de tu proceder y reacción. Por el otro lado también esa misma luz puede abrazarte con sus rallos mientras te transforma al tu aceptar tu condición, esos rallos de su gloria comenzaran a penetrar en cada parte de tu ser aniquilando todo lo malo de ti mismo y comenzara a cobrar vida la luz de Dios en tu vida.
Ser transformados o aniquilados es una decisión que solo podemos tomar mientras estamos en vida y aun respirando, después del ultimo respiro nadie puede decidir mas, es ahora, es maravillosos cuando voluntariamente nos arrojamos a los pies de esa luz, bajo el peso de esa gloria experimentas la grandeza y la nada a la misma vez, experimentas la perfección y la imperfección, pero sin duda tu vida cambiara. Te invito a abandonarte frente a esa luz y ser expuesto por tu misma voluntad delante del que lo conoce todo, pero es maravilloso exponerte por ti mismo sin ser forzado por él, aunque el todo lo conoce de ti.
Te invito a acercarte a Dios, no importa cuál sea tu condición descúbrete delante de esa luz en humillación, dejando de lado todo orgullo y arrogancia y con responsabilidad asumir nuestra parte, dejemos de culpar a otros por nuestra condición y seremos transformados bajo el peso de su gloria. Acerquémonos con confianza delante de su trono, delante de los rallos de su gloria y de su resplandor y aprovechemos la gracia que aún está vigente y que no se ha expirado para todo ser humano que aun esta con vida sobre la tierra. Acerquémonos, aun podemos alcanzar misericordia, gracia y socorro de ese trono majestuoso que esta tan alto, pero a la misma vez tan bajo para que puedas alcanzarlo, solo acércate y exponte delante de él y descúbrete.
Solo Expuestos y transformados ante la gloria de Dios, seremos dignos de estar delante de el y llegaremos a adoptar poco a poco la imagen de esa gloria trasformadora, llegando así a la mediada del varón perfecto Jesucristo hombre. Bendiciones familia comparte con alguien y suscríbete para un devocional diario, gracias.